El famoso Kalimba, acusado de violación y exonerado, a decir verdad con su dios en la boca y las bendiciones que dedica a diestra y siniestra, parece, antes que nada tener una gran vena hipócrita.
Posiblemente no es tan malo como lo pinta su acusadora, pero de que no es un angelito, claro que no lo es, es un tipo que se acuesta con cualquiera, crapuloso y sibarita, a pesar de su supuesta religiosidad.